Los expertos en relaciones duraderas tienen claro que la llama de una relación no se mantiene encendida sola, ambas personas tienen que esforzarse porque esa chispa que les hizo unir sus vidas continúe surgiendo y la magia y la pasión formen parte de sus vidas pese a la rutina que, como no podía ser de otro modo, protagoniza parte de su día a día.
Pero, ¿cómo se mantiene viva la chispa de una relación? Los consejos son muy variados pero casi todos tienen algo en común: hay que saber cómo hacer sentir especial a la persona que tenemos a nuestro lado. Y, para eso, tenemos que demostrarle nuestro cariño con detalles que les hagan sentir que nos importan y que pensamos en ellos.
A veces, son detalles pequeños, como guardarles una porción de esa tarta que sabemos que tanto les gusta, aunque hayamos llegado primero a casa y pudiéramos habérnosla comido toda. Otros, son detalles que con el tiempo muchos acaban olvidando, como tener un regalo por el aniversario. Una forma de decir que todavía te acuerdas de que esa fecha es especial para ambos. Una joya, un bonito mechero dupont o unas flores pueden hacer que ese día sea mucho más especial para la otra persona y darle un chispazo a esa relación.
Evidentemente, estos detalles tienen que venir por ambos lados pero no tienen por qué ser del mismo modo. Hay personas para las que comprar un regalo, sea del valor que sea, es una manera especial de decir que quieren a quién tienen al lado. Pero para otras, la manera de demostrar ese amor no es recordando una fecha con un regalo, sino preparando una sorpresa para un día cualquiera, cuando menos se lo espere la otra parte. Así, tomando de sorpresa a la persona, todavía tendrá más impacto su regalo o esa cena para dos en un restaurante especial.
Cuando una pareja sabe cómo mantener la chispa eso se nota. La complicidad con la que se miran, las caricias furtivas, los besos robados en cualquier ocasión y sin tener que usar pretextos hacen que todos se den cuenta de que la magia esté ahí. Pero donde de verdad se nota es en el día a día, en los momentos en los que ambos están a solas y siguen charlando, compartiendo sus cosas y disfrutando de estar juntos como el primer día.